martes, 19 de marzo de 2024

UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 22

 


Penetraron nuestros tres compañeros en aquel oscuro portal dimensional arrastrados por un viento huracanado que los desplazaba con una velocidad tremenda hacía abajo, en un túnel oscuro con destellos de luz rojiza y violácea, siempre en caída, arrastrados por el pozo que parecía sin fondo en el que se había convertido el camino que contenía el portal.

Se les hizo eterna la caída, hasta que en completa oscuridad, con un ruido tremendo provocado por el huracanado viento que les empujaba; se dieron de bruces con un suelo sólido, húmedo y viscoso, parecía que estaba lleno de un fango cuya olor a putrefacción sentían perfectamente a pesar del viento que no cesaba.

Antoine preguntó a sus compañeros: -¿Estáis bien, amigos? ¿Gimmi, Josu? ¿me escucháis?- Si, querido Antoine- dijo Josu, Gimmi también respondió:- Dolorido, Antoine, pero bien.-

El viento poco a poco iba calmando, hasta que en unos minutos, o lo que ellos creían que eran esos minutos, pues el tiempo aquí se comportaba de forma extraña, fue parando hasta que se hizo una calma inquietante, pues estaban en una completa oscuridad, no tenían linternas ni ningún medio para iluminarse.

Antoine recordó entonces las palabras de su madre, que le dio el colgante con aquella gema del desierto, la que se había fundido con su medallón del Tetragramatón, le dijo: -(Recibe la gema amarilla del desierto, ella concentra la luz del Sol, en momentos de profunda oscuridad, se iluminará y te protegerá de aquella, será tu guía en los caminos de la noche y toda sombra que pretenda atacarte será repelida por ella, hasta las más poderosas)- , se lo sacó de la camisa y con asombro vio como iba adquiriendo una luz azulada, gracias a ella pudieron divisar algo el lugar donde estaban.

Habían penetrado en un mundo oscuro, lleno de fango maloliente, a su alrededor solo había oscuridad, a la cual se iban acostumbrando sus ojos, iluminados solo por el fulgor aún débil del medallón de Antoine, que iba delante intentando guiarlos.

El silencio inquietante de aquel lugar era salpicado por una especie de gemidos que se oían a lo lejos, la niebla tan espesa como si pudiera cortarse con un cuchillo, negra como el humo de una chimenea rodeaba todo lo visible a su alrededor, Gimmi se sentía muy mal, no estaba acostumbrado a sentir las vibraciones de lugares como este, pues los seres elementales nunca debían ir bajo ningún concepto a donde vivían los Duendes, corrían peligro de dejar de ser ellos mismos y convertirse en uno de los que moraban en este lugar, el Bajo Astral, la dimensión antesala de lo que se consideraba el Averno, en las tradiciones religiosas humanas, aquí habían muchas criaturas con las que no sería agradable encontrarse, este era el hogar de los espíritus desencarnados que se aferraban a la materia, a lo terrenal, los que no habían ascendido al plano Astral, a la luz de la Vida después de la vida, aquí moraban sin poder descansar. 

Josu y Antoine sentían escalofríos al ver el paisaje oscuro y la terrible niebla que los envolvía, Gimmi estaba callado, se sentía mal, pero no quería asustar a sus amigos y seguía el paso con ellos, para poder salir del trance maligno que les estaba invadiendo les dijo: - Antoine, Josu, debemos intentar buscar alguna pista que nos lleve a encontrar a Xena, aunque en esta oscuridad es muy difícil, debemos seguir hasta encontrar su rastro, no desfallezcamos, amigos-.

Durante mucho tiempo estuvieron andando por el cenagal neblinoso que era este lugar, asfixiados por la terrible olor a podredumbre, sin apenas luz; se sentían vigilados, escuchaban susurros en la oscuridad, sabían que les acechaban los Seres Sombra, los sentían, pero por alguna extraña razón, nadie les había atacado aún.

Sumergidos en aquella oscuridad, en su espíritu se iba posando la tristeza, la pesadumbre de la desesperanza, no sabían por qué pero se sentían cada vez más cansados y pesados, sus ánimos menguaban a cada paso, no sabían donde ir, ni que hacer, ahora si estaban perdidos, habían abierto el portal, entrado en el Bajo Astral, para nada, ahora no tenían esperanza ni de poder salir de allí.

Se sentaron en un promontorio de pequeñas rocas negras que encontraron en un lado de la senda que seguían, una senda que trazaban ellos, pues todo era igual, una vez allí, con aire lastimero Gimmi le dijo a Antoine:- Mi querido Mago, creo que ahora estamos perdidos, ¿puedes hacer algo para llamar a la luz, existe algún hechizo u oración?, me siento muy mal, nunca me había sentido así, Josu, si se te ocurre algo, ahora es el momento de decirlo.-

Josu estaba muerto de miedo, además de muy preocupado por Xena, no sabía que hacer, así que todos confiaban ahora en Antoine, su medallón era la única luz visible en todo aquel lugar terrible. A pesar de ello seguía pensando en protegerla con su burbuja de luz mental, quería defenderla a toda costa.

Antoine se puso en pie y les dijo: - No debemos desfallecer amigos, tenemos que encontrar la manera de guiarnos en este lugar, Brigitte me dio esta Gema, ahora integrada en mi Tetragramatón, voy a rezarle, concentraré mi pensamiento en ver la luz de la vida y del amor, tenéis que darme las manos y concentrarnos los tres en disipar las tinieblas que se están apoderando de nuestro corazón, vamos a llamar a la ayuda de nuestros guías interiores, todos tenemos uno, ellos nos van a llevar a la luz, confiad, amigos.-

Los tres compañeros se dieron la mano y Antoine mirándoles a los ojos les instó a pensar en pedir a sus guías interiores que les dieran respuesta, en ese momento un resplandor empezó a irradiarse de los tres, primero levemente, hasta que un gran destello, como un flash de luz que duró unos segundos salió despedido de sus cuerpos, entonces vieron que estaban rodeados de Seres Sombras, de otros sin forma definida, como si fueran gelatina grisácea parecida a cerebros llenos de venas que se hundían en el suelo, cientos de figuras cabizbajas andando por su alrededor, pero nadie se atrevía a atacarlos, no sabían la razón, por lo visto el talismán de Antoine era realmente efectivo, si lo perdía estaban literalmente muertos.

Cuando acabó el destello fulgurante de su petición se hizo otra vez la oscuridad, pero a lo lejos empezaron a divisar una pequeña luz que se les acercaba, era blanca, cada vez se hacía más grande, los Seres Sombra y los Seres informes se apartaban de su camino, poco a poco se iba formando una figura de un hombre vestido con una gabardina azul marino, llevaba un sombrero de Ala Ancha, pero no era un Jefe Sombra, pues tenía luz, llevaba unas gafas de Sol, su cara era la de un ser humano, no tenía el aspecto pálido de los espíritus desencarnados, parecía vivo, pero todos sabían que no era posible, llevaba unas botas negras como las de los militares, un pantalón negro y una camisa blanca, impolutas, con una flor colgada en uno de los bolsillos de su gabardina.

En unos instantes llegó hasta donde estaban los tres compañeros, con voz profunda y grave les dijo:- ¿Quién ha pedido un guía en esta oscuridad?-.

-Hemos sido nosotros, estamos perdidos en esta dimensión, no sabemos como avanzar, ¿quién eres?- preguntó Josu- .

-¿Qué hacen un Ser elemental y dos humanos vivos en este lugar sin sentido?

- ¿Cómo habéis hecho para venir aquí, este es el hogar de la locura, de las sombras y de la maldad gratuita?-.

-Venimos buscando a una Dama Elemental, amigo, fuimos emboscados en el hogar de la misma por los Duendes- dijo Antoine.

-En estos momentos tenemos también condición elemental provocada por la medicina de nuestro amigo Gnomo, por eso hemos podido penetrar en el Bajo Astral-.

-¡Sabéis que a los Seres Elementales les está prohibido entrar en esta dimensión!, pues aquí se degradan y se transforman en los que os atacó, pueden convertirse en Duendes o degradarse aún más y transformarse en Seres Sombra, o peor aún, en Larvas Astrales y Poltergeist, esos cerebros chupadores de energía negativa que surgen por doquier en este lugar, y lo que es peor, para siempre, sin posibilidad de salvación-.

-Lo sabemos, dijo Gimmi, pero nuestro deber es salvar a nuestra Dama Xena, ha sido secuestrada por los Duendes y los Seres Sombra, la tienen aquí, en algún lugar, pero no sabemos como buscarla-.

-Pero no nos has dicho quien eres, si eres un guía, dinos tu nombre, ya no confiamos en nadie, podrías ser una trampa- dijo Antoine-.

-Soy un espíritu errante, desencarnado hace mucho tiempo, sin apego a la materia, pero sin encontrar mi sitio en la luz, pues aún no se me permite entrar en ella, tuve una vida demasiado "desordenada", hice mucho daño y ahora estoy pagando las consecuencias, pues he sido "condenado" a vagar entre las distintas dimensiones de la existencia espiritual, puedo ir donde se me plazca, incluso he visto la Luz, he visto a lo que los humanos podrías considerar "Dios", pero Ella no me deja permanecer a su lado, y si, digo Ella porque para mí "Dios" es femenina, es la Creadora, la Madre, lo que llamáis Gaia, aunque su Creación va más allá de este planeta, pero por ahora no debéis saber más-.

-Por esas "casualidades"de la "vida", aunque aquí esa palabra no tiene sentido, se me dieron instrucciones hace unos días de venir a esta dimensión, pues aquí puedo ir ayudando a espíritus a encontrar el camino al Astral, a la otra vida, a la que no puedo ir, pero debo guiarlos, pues ese es mi trabajo, mi condena y mi existencia en las distintas dimensiones donde transito, nunca más de unos días en cada una, luego debo irme a otra, así hasta que "Ella" quiera y me de su bendición para ir a donde debo-.

-Escuché en la lejanía una llamada, luego un flash de luz acabó de llamarme la atención, me dirigí entonces hasta aquella luz que vosotros invocasteis, algo que jamás había presenciado en este lugar, entonces supe que mi misión era ayudaros, pues cuando alguien llama a un guía en esta dimensión, cosa que es muy improbable, pues la degradación de quienes vienen aquí no les permite tal cosa; estamos obligados a ayudarle, en rarísimas ocasiones ha sucedido eso en toda la historia de este lugar-.

- Debéis seguirme, yo se donde podemos encontrar pistas de donde está vuestra Hada, pues se que buscáis un hada, pues aunque no la habéis nombrado, hace unas horas vi a un grupo de Duendes que tenían retenida a una Elemental cuya luz iba menguando, pero aún se distinguía el brillo de sus alas, su vestido plateado y su tiara en la cabeza que refulgían en esta tremenda oscuridad, quise seguirlos pero con una maniobra de camuflaje, por lo visto me vieron, los Duendes tiraron una poción al suelo que soltó una niebla negra muy densa que empezó a disiparse por todo este lugar, yo puedo ver en la oscuridad, pero a través de la niebla oscura no, los perdí de vista y lo único que pude observar es que se dirigían hacia la dirección en la que os dirigís vosotros, quizás si seguimos esta senda cenagosa logremos encontrar pistas-.

-Vamos adelante amigos, si "Errante" nos acompaña podremos encontrar a Xena_ dijo Josu-.

-Un momento- con voz firme se dirigió Antoine a "El Errante"- ¿Cómo sabemos que no nos tiendes una trampa?, no te conocemos, además no nos han atacado sabiendo que estamos aquí, esto es muy extraño-.

-Gimmi de repente cayó de rodillas y les dijo a sus compañeros:- ¡Amigos, me estoy degradando!, la oscuridad me llama, han contactado conmigo, son los Duendes, me mandan mensajes telepáticos,me anulan, no se que voy a hacer, ¡ayudarme, por favor!-.

-Rápido, ¡tenéis que hacerle entrar en razón, que no le haga caso a sus pensamientos!, ponerle en un círculo de luz, trazar con vuestras manos un círculo y depositar en él todo lo bueno que os venga a la cabeza, pensamientos positivos, olvidar esta oscuridad, este mundo, pensar en la vida, en la naturaleza, en la tierra, en el mar, en el Sol, ilumina su frente con el medallón, Antoine, ¡debe salir de ese trance!- dijo El Errante.

Antoine y Josu trazaron un círculo en el fango, iluminados por el Medallón de Antoine, se lo colocaron en la frente, mientras intentaban pensar en cosas positivas, su  manos se iban tornando brillantes, cada vez más, desprendían una luz blanca que iba rodeando a Guimmi, mientras el Errante empezó a irradiar una luz blanca que permitía ver a quienes les asediaban, pero a la vez los repelía.

-¡Rápido!, debemos huir hacia adelante, salir de este asedio, seguidme mientras pueda tener luz, me la proporciona la flor que tengo en la gabardina, es una flor que recogí en una ladera del Cielo, lo que vosotros consideráis Paraíso, el Alto Astral, la dimensión donde os fundís con la Verdad y la Vida, pero se está secando-.

Antoine cogió en brazos a Gimmi, Josu con lágrimas en los ojos lo seguía, El Errante iba detrás iluminándolos; corrían como nunca lo había hecho, a través de la densa niebla, del hedor, del fango y de la oscuridad, no sabían donde iban, solo confiaban en aquel desconocido que les instaba a ir hacia adelante.

Estuvieron así durante mucho tiempo, hasta que la luz que les proporcionaba el recién llegado fue menguando y apagándose, solo quedó el medallón de Antoine, pero se dieron cuenta que donde estaban ya no había niebla, seguía oscuro, pero un fulgor como de fuego fatuo les permitía ver el lugar.

-Creo que ya no nos siguen las sombras, pero debemos tener cuidado porque en este lugar hay trampas energéticas que nos pueden absorber y llevar a la oscuridad eterna, si no logro que salgamos de aquí, yo también seré condenado por ello-.

Gimmi iba apagándose por momentos, su cuerpo se ponía rígido, su piel se iba tornando de un color verdoso, su rostro se estaba arrugando, sus ojos iban perdiendo el brillo y el color, sus facciones se iban afilando, su nariz se iba alargando en forma de gancho, Antoine y Josu miraban aterrados como Gimmi se estaba transformando en un Duende, y nada podían hacer por salvarle. 

El Errante les instó a dejarlo en el Suelo, ya no podían hacer nada por él, estaba en un estado avanzado de degradación elemental, por el momento no podrían salvarle, quizás si ellos lograban salir de aquella oscuridad podrían hacer algo, pero primero debían cumplir su misión, debían salvar a Xena, pero el Bajo Astral ya se había cobrado su primer tributo, el espíritu elemental de Gimmi había sucumbido a su exigencia.

Con gran tristeza dejaron a Gimmi en aquella oscuridad fangosa, viendo como ya no era él, como se iba transformando en algo maligno, inmóvil aún, pero pronto sería un enemigo más a esquivar o derrotar. 

El Errante dijo a Antoine que fuera guiando con la luz de su medallón, la niebla ya no estaba, los fuegos fatuos dejaban ver sendas de fango en cuyos lados cientos de Poltergeist y Larvas Astrales estaban alimentándose hundiendo sus venas en el suelo, cientos de espíritus pálidos les miraban con los ojos vacíos, sin emociones, cabizbajos, andando lentamente sin rumbo,atravesaban la dimensión hasta la "realidad" absorbiendo la energía negativa de la humanidad, de las discusiones violentas en las casas, las peleas,las envidias, fomentando en los humanos el transmitir el llamado "mal de ojo",atormentando a los enfermos de depresión,a las demás personas con enfermedades mentales,a la de las zonas de guerras, fomentando el odio entre los afligidos por desgracias, alimentándose de la energía del sufrimiento de los barrios pobres, de los que pasaban hambre, los que vendían su cuerpo para comer y sobrevivir, de la desesperación de los que estaban enganchados a las drogas,de la maldad de  quienes las vendían y sus familias, de todos los que provocaban el mal en el Mundo Real humano.

-Esto es solo una parte de toda la oscuridad que provoca vuestro mundo, una ínfima parte, pues esta es la puerta de entrada de la maldad absoluta, esta es la puerta por donde vienen los seres más temibles de la Oscuridad, los dueños reales de vuestro Mundo, cuyos esbirros, los seres Sombra, a las órdenes de sus jefes, los Hombres del Sombrero, en sus distintas variantes vienen a recolectar las almas de vuestros congéneres, para disuadirlos de ir a la verdadera luz, disfrazándose de la misma y llevarlos a otro ciclo de reencarnación nefasta para que, viviendo otra vida desgraciada, generen energía negativa con la que alimentarse, así cosechan su alimento, durante miles de años así ha sido, esta es la puerta de entrada de los Arcontes,llevemos cuidado de no encontrarnos con ellos, sino estaremos perdidos.- dijo El Errante.

-Sigamos hacia adelante esta senda, dejemos que el Tetragramatón nos guíe, ahora más que nunca confío, en él, las cuatro letras sagradas van a llevarnos a nuestro destino, tengo la corazonada que pronto hallaremos pistas de Xena, ¡Josu sigue enviando luz mental en forma de burbuja a tu querida Dama!-dijo Antoine.

-Te doy las gracias por haber acudido a ayudarnos, Errante, ven con nosotros en la oscuridad a abrir una brecha de luz en la misma, rescatemos a Xena, ¡se lo debemos a Gimmi!- afirmó Josu.

-¡Estoy aquí para ayudaros, esa es mi misión, estoy condenado a ello!

Los dos viejos compañeros junto con El Errante se perdieron en la oscuridad iluminada por el fuego fatuo sin saber que detrás de ellos iban Tres Seres Sombra que querían vengarse de antiguas humillaciones, eran el Hombre del Sombrero de Copa, El Hombre del Sombrero de Bombín, y el más poderoso, El Hombre del Sombrero de Ala Ancha.

Continuará... 



domingo, 10 de marzo de 2024

UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 21

 


El caos que había en la cueva de las hadas quedó silenciado en el momento que vieron como los Duendes abrían el portal y se llevaban a Xena, los tres compañeros, Gimmi, Josu y Antoine se quedaron inmóviles en ese instante, pero enseguida reaccionaron nada más cerrarse el portal y se pusieron a ayudar a Ari y todas las demás compañeras que intentaban levantar a las que estaban heridas, Gimmi siguió curando con sus energías a las heridas, Aine daba instrucciones a las que estaban bien para que ordenaran y limpiaran todo el desastre que allí había ocurrido, aparte de llevarse los cuerpos de las que yacían muertas en el suelo de la cueva, que iban desvaneciéndose poco a poco, dada su condición elemental, para siempre.

Josu quedó de rodillas hincado en el suelo, con lágrimas en los ojos, mirando al vacío, le preguntó a Antoine: -¿Qué vamos a hacer ahora, Antoine?, se la han llevado, le van a hacer cosas horribles.- No debemos desesperar, Josu- dijo Antoine- seguro que habrá alguna forma de abrir un portal a su dimensión e ir a rescatarla, por lo que tengo entendido los Duendes moran en un lugar que los ocultistas denominamos "Bajo Astral", es la dimensión no terrena más densa de la Creación, allí moran una gran cantidad de Entes malignos, entre ellos los Duendes, Espíritus descarnados que no quieren evolucionar, los llamados Poltergeist, también los llamados Espíritus burlones, y es la puerta de entrada de los que conocemos como Arcontes, esos son los más peligrosos, incluso más que los Seres Sombra, cuya morada también está situada en esta dimensión.-

- Voy a consultar este tema con Ari, seguro que ella con sus conocimientos de magia podrá darnos respuestas para poder ir a aquel lugar.-

En ese momento Antoine se retiró para hablar con Ari, pero ella estaba consternada, tanto horror no había sido visto nunca por ningún hada en muchos siglos, estaba inundada en lágrimas, lloraba desconsoladamente por sus hermanas que estaban desapareciendo sin poder volver al mundo , lo hacían para siempre.

Antoine le cogió de los hombros y la zarandeó un poco para sacarla de aquel horrible ensimismamiento, Ari reaccionó y con su mano se limpió las lágrimas, Antoine quiso consolarla y le dio un abrazo, cosa que Ari agradeció, pues la tristeza era máxima, necesitaba sentir calor de alguien.

Pasaron unos minutos abrazados, entonces Antoine le miró a los ojos y le dijo:- Ari, se que no es momento de preguntas, pero el tiempo apremia, Xena ha sido secuestrada por los Duendes, debemos ir a rescatarla, sé donde está, ha sido abducida hacia el Bajo Astral, conozco la teoría para ir hacia allí en el plano psíquico, se hacía antes con un tablero llamado de Ouija, con él se contactaba con los seres que allí habitan, un juego muy peligroso, pero muy extendido en mi Mundo, con muchas consecuencias negativas para quienes lo practican, pero en la forma que tenemos actualmente quizás podríamos abrir un portal al mismo.-

Ari, con voz temblorosa le dijo a Antoine:- Antoine, eso que me pides es muy peligroso, creo que no se ha hecho en siglos, abrir un portal al Bajo Astral nos puede traer a este Mundo mucha más negatividad y Seres degradados que nos pueden hacer mucho daño, además vosotros no vibráis en la misma frecuencia que ellos, para poder entrar en él debéis degradaros también en espíritu y moral, pues ese lugar no admite luz, y vosotros tenéis mucha, sobre todo tú, querido amigo.-

Brigitte, que se había levantado con heridas que Gimmi había tratado, se acercó a donde estaban Ari y Antoine, les dijo:- Perdonad mi intromisión, no he podido evitar escucharos, tengo el oído muy fino y se lo que pretendéis hacer, solo quiero deciros, tanto a mi hijo como a tí Ari, que yo se como podemos abrir un portal hacia el Bajo Astral, en mi experiencia como humana, antes de que Antoine naciera, quien era mi marido, el padre de Antoine, me llevó un día a una sesión de lo que llaman Espiritismo, una doctrina en la que los humanos encarnados intentan contactar con los que han muerto mediante varios métodos, entre ellos el que Antoine ha nombrado, la Ouija, aunque hay más como las mesas parlantes, mediums que hablan por medio de los espíritus y otros más.- Pues bien, en una de esas sesiones vi como por medio de la Ouija contactaban con un espíritu que se hacía pasar por un personaje famoso, gracias a la energía de todos los que participaban en ese acto se fue formando una neblina y se materializó aquel espíritu, que en realidad no era quien decía, era un espíritu burlón, con sus fuerzas renovadas asustó a todos los que allí estábamos presentes, estampó el tablero y penetró en este mundo para quedarse porque ya no se cerró aquella sesión de Ouija, estuvo mucho tiempo trastornando a todos los que allí estábamos presentes, solo cuando contactamos con un señor que hacía limpieza de energías en las casas y en las personas, pudimos librarnos de él, aquel hombre nos dijo que habíamos abierto un portal durante esa sesión por la que entraron muchos entes negativos, pues le costó mucho librarnos de ellos.-

-Quizás si realizamos un llamamiento mediante este método y lo amplificamos con nuestro poder elemental, consigamos así abrir un portal a aquella dimensión, pero para permanecer en ella debemos estar en consonancia con la misma, vibrar en su frecuencia terrible, ahí está el kit de la cuestión. ¿Cómo lo hacemos?.-

Gimmi se acercó en ese momento y dijo:- Queridos amigos, en mi condición de Gnomo puedo estar en contacto en múltiples ocasiones con la realidad humana, aunque cada vez menos por su tecnología, que nos repele, pero yo también he presenciado en ocasiones sesiones de Ouija en sus casas, siempre con efectos negativos, muchas veces tenía que irme de ellas por la cantidad de energía negativa que sentía, pero es verdad que con ese método se puede abrir un portal a ese tétrico lugar, nosotros podemos hacerlo con nuestros poderes elementales, es más, debemos hacerlo por Xena, ahora mismo estará sufriendo.-

-Propongo que hagamos un tablero de Ouija y todos nosotros nos concentremos en cosas tristes, horribles, desgracias y negatividad para que podamos atraer a los que vibran en esa frecuencia, una vez llamados tenemos que rasgar el fino velo de esta realidad con nuestra magia elemental, con la que penetramos a nuestra dimensión en nuestro reino, pero invertir el efecto con la negatividad, entonces con un hechizo que llame a la Oscuridad abriremos la puerta al Bajo Astral.-

Ari se quedo callada y mirando a Gimmi le dijo:- Es probable que te degrades Gimmi, una vez allí la Oscuridad te puede atrapar y ya no podrías volver, sabes lo que les pasó a los Duendes en su día...-

-Lo sé Ari, pero no puedo dejar que se llevan a un ser puro como Xena, por eso voy a conjurar con la ayuda de Antoine y Josu a la Oscuridad degradada del Bajo Astral.-

Gimmi cogió un tablero de madera de una de las mesas del banquete de las hadas, con un trozo de carbón de la chimenea que les calentaba en aquel banquete empezó a dibujar las letras del abecedario rúnico en el mismo, poniendo un Si y un No en el centro. 

Sacó un saquito de su bolsillo que contenía un polvo negro que esparció por el mismo, era sal negra, una especie de sal que repelía la luz a quien se le esparciera, se usaba para no ser descubierto en la dimensión humana, pero servía para darle más oscuridad al tablero de Ouija, así podría estar en más consonancia con la vibración oscura en la que debían estar.

Nuestros tres amigos, junto con Ari se pusieron alrededor del tablero, se cogieron de las manos e invocaron a los Espíritus oscuros del Bajo Astral, les retaron a que se presentaran en aquella cueva de hadas, Ari anteriormente había ordenado a las guardianas que levantaran el hechizo de protección de la misma.

Cogidos de las manos empezaron a emitir una luz negra, sus sentimientos se tornaron oscuros, empezaron a sentir rabia, odio por los que habían cometido los asesinatos de las hadas, quienes habían destrozado el hospital y secuestrado a Xena, sus espíritus estaban volviéndose negros, la luz que Ari emitía como hada se iba apagando, Gimmi cambiaba su rostro, se le volvía más serio y sin emociones, Josu y Antoine estaban concentrados en contactar con algún ente que les abriera el portal, hasta que de repente las letras rúnicas del tablero empezaron a iluminarse formando palabras.

Primero se formó la palabra "no", luego "sois", por último "bienvenidos", Antoine entonces dijo: - ¡Queremos entrar en vuestro mundo!- Solicitamos nos abráis un portal, tenemos derecho a entrar, tenéis algo que queremos.-

Las letras del tablero se iluminaron con una secuencia de letras que decía: "Debemos cobrar tributo para ello" 

-¿Qué solicitáis, seres infectos? dijo Antoine.-

-"Uno de vosotros deberá entregar su espíritu a este lugar"

-Eso no es posible, ya os habéis cobrado suficiente con el secuestro de nuestra Dama Xena, ahora nos toca ir a recuperarla, si queréis tributo tendréis que robárnoslo- dijo Antoine.

Gimmi, ante estas palabras le dijo a Josu:- Josu, debes rechazar con todo tu corazón el que puedan hacer daño a Xena, solo tu amor puede hacer que paralicen todo el mal que le quieren infligir, concentra toda tu voluntad en hacer que este ente nos permita abrir el portal.-

Con un movimiento levantaron los cuatro las manos en alto, Josú puso todo su empeño en pensar en Xena, en su pensamiento la rodeó con una burbuja de luz y la vio protegida en su celda de oscuridad.

Una luz negra empezó a brotar de las letras del tablero Ouija, un haz de cada una de ellas convergía en un punto en el aire cerca del centro del tablero, allí empezó a formarse un círculo negro de luz violácea con el borde oscuro, cada vez se hacía más grande, un viento como si absorbiera el aire de la cueva iba penetrando en el mismo.

Ari les dijo a nuestros tres compañeros que se dieran prisa, ese era el portal que estaban solicitando, la oscuridad les llamaba, tenían que penetrar en él para ir hacia el Bajo Astral.

Brigitte desde lo lejos veía aterrada como se iba formando el portal tal y como ella pensaba que sucedería.

Antoine se soltó de ellos, se plantó en el tablero, cogió a Josu agarrando su mano y Josu a su vez agarró a Gimmi, dieron un salto y llevados por el viento penetraron en aquel agujero oscuro, en un momento desaparecieron, dejaron a Ari en silencio, el portal se cerró de golpe y todo volvió a quedar en calma, Ari se sentó en la silla, lloraba otra vez, ahora por sus tres amigos, por Xena y por todo el horror que dejaron los Duendes, Brigitte se acercó a consolarla, pero en su interior sabía que ellos lo conseguirían, nunca había visto tanto valor, donde habían ido estaba la locura, la oscuridad y algo peor que la muerte, los espíritus degradados, las sombras, y la puerta de entrada de los Arcontes.

 

Continuará... 


domingo, 25 de febrero de 2024

UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 20

 


 Saltó la alarma en toda la Cueva de las Hadas, en muy poco tiempo todas las que habían estado en el banquete se dispusieron a acudir a la zona oscura de lo que llamaban el Hospital.

Los Duendes surgieron entre el polvo, humo y caos formado en la entrada de ese Hospital, Gimmi, Josu y Antoine con los ojos como platos se dispusieron a intentar luchar contra aquellos seres que estaban acechando tan cerca.

Gimmi llevaba un pequeño cuchillo escondido en su cinturón, era el que usaba para recolectar hierbas, ahora debía segar otro tipo de mala hierba terrible que estaba a pocos metros de ellos. Josu cogió un tronco que había tirado en el suelo que vio por casualidad, Antoine cogió con su mano derecha su medalla del Tetragramatón e imploró ayuda a sus guías, a su alrededor las hadas, anteriormente bellas y gráciles empezaron a transformarse, vieron como a muchas de ellas les cambiaba el semblante, los ojos se les encendían en un color verde brillante, las alas se les volvían oscuras, los trajes de seda se transformaban en una especie de uniformes pegados a su cuerpo de color marrón, la ira surcaba todos sus rostros, entonces como a una sola voz, todas se lanzaron a una velocidad endiablada contra los Duendes que habían osado entrar en su rincón sagrado, el que consideraban seguro.

Antoine sacó el saquito de sal que llevaba en su mochila, trazó una linea y les dijo a Gimmi y a Josu que se pusieran detrás de ellas, él no quiso ponerse, se enfrentó con las hadas conjurando con firmeza estas palabras: -En el nombre sagrado del innombrable os ordeno que retiréis vuestras zarpas de todo Ser feérico, no sois bienvenidos, dirijo la magia de los elementos en vuestra ruina, desapareced, caídos de la Creación- un aura se formó alrededor de Antoine, de un color violeta, como de fuego, inmediatamente una bola de energía se formó en la mano derecha del mismo, sin pensarlo dos veces la arrojó hacía el grupo de Duendes, aquel conjuro materializado en energía dejaba una estela a su paso que irradiaba luz, al momento impactó en medio de aquel funesto grupo, un destello impresionante inundó de luz la Cueva, todo se volvió de color blanco, cegando a todo aquel que mirara esta escena, unos diez duendes saltaron por los aires cayendo encima de estalagmitas, tres de ellos quedaron empalados supurando un líquido verde por su boca y alrededor de sus heridas, los otros cayeron al suelo y se retiraron hacia el fondo del Hospital de Hadas, el polvo apenas dejaba ver que habían forcejado con las hadas que habían allí intentando curarse de la enfermedad que estaba haciendo estragos en ellas, de la oscuridad, un tipo de mal relacionado con la desaparición de las hadas, provocado por el actual estado mental de los Seres con alma, en otro momento se explicaría.

Unas veinte hadas yacían en el suelo, con las alas mutiladas, con heridas, los trajes rasgados, su sangre; esto sorprendió a Josu y Antoine, era roja, pues no pensaban que los Elementales también sangraran, pero así era, además de poder morir pero sin posibilidad de trascendencia a otra vida, como si podían hacerlo los humanos.

Ari, Xena y Aine estaban consternadas viendo aquel paisaje Dantesco, pero no podían perder el tiempo, aún quedaban Duendes que combatir en el fondo de la Cueva, por lo visto se habían escondido para que no les atraparan, eso hizo sospechar a Ari que tramaban algo, no comprendía como podían haber llegado a entrar en su refugio secreto, estaba hechizado por ella y otra hadas igual de poderosas para que nadie pudiera entrar sin permiso, había vigilancia de las hadas guardianas, pero por lo visto alguien del hospital tuvo que haber dado pistas de donde vivían ahora.

Posiblemente alguna de las hadas que habían enfermas en aquel lugar enfermó tanto que se degradó a la misma vibración energética que los Duendes, estos al estar al acecho detectaron la misma y excavaron en lo profundo de la roca durante días para poder entrar físicamente en la Cueva, no cabía otra explicación.

Ari y sus hermanas, todas las que habían en aquel lugar fueron rastreando con su uniforme de guerrera puesto para encontrar a quienes habían provocado la muerte de muchas de las suyas, pero no contaban con una funesta sorpresa, aún no se había disipado el humo cuando de repente se hizo la oscuridad en toda la Cueva, ni siquiera las luciérnagas iluminaban, solo la piedra que Antoine llevaba colgada, la que le regaló su madre, se veía tenuemente debajo de su camisa. 

Brigitte se puso detrás de Ari para luchar contra lo que venía en la oscuridad, también había cambiado su vestimenta, su color en las alas y sus ojos amarillo brillante destacaban entre los de las demás.

Una gran sombra oscura surgida de las tinieblas, más oscura que las mismas, con un contorno definido, una sombra ensotanada con un sombrero de bombín aparecía ante el séquito de hadas , ante el Mago Antoine, Gimmi y Josu.

¡Es el Hombre del Sombrero de Bombín!- Dijo Xena, -el Señor de la Locura, nunca lo habíamos visto, pero sabemos de su existencia, así como de sus secuaces.-

Un pitido horrible sonó entonces en la Cueva, a todos les hizo ponerse las manos en los oídos, muchas de las hadas que iban volando por la misma cayeron al suelo entre convulsiones, no sabían que estaba pasando.

Al momento detrás de la Sombra del Hombre del Sombrero de Bombín surgieron un grupo de unas veinte sombras iguales que él pero sin sombrero; con un gesto de su mano negra les indicó que atacaran al grupo de hadas en dirección a las mismas, a Gimmi; Josu y Antoine.

Las hadas que permanecían de pie empezaron a conjurar en un idioma desconocido por nuestros amigos, todas empezaron a brillar, en un momento todas las luciérnagas de aquella cueva, los insectos y todas las luces que iluminaban antes del ataque de aquellos seres, se concentraron en pequeños haces como cargando a las hadas, sus ojos se volvieron más brillantes y en sus manos se formaban como telarañas de energía, en un movimiento de manos con las palmas en alto lanzaron las mismas contra las sombras, con ello consiguieron que muchas de ellas desaparecieran en terribles gritos de dolor, las que escapaban se cobijaban detrás del Hombre del Sombrero de Bombín, este empezó a brillar con luz negra, con voz grave, profunda y cavernosa dijo:- Soy el Señor de la Locura, vengo a enseñaros la realidad, solo os espera la nada, yo os enviaré a ella.- 

En ese momento a todas las hadas que allí habían se le vinieron pensamientos de muerte, de miedo, de dolor, algo impensable para un hada que nunca había sentido estas cosas, imágenes de locura, aberraciones, torturas, lágrimas de pena y de sinsentido, hambre, enfermedad, realidad del mal.

Muchas se llevaron las manos a la cabeza, otras lloraban desconsoladamente, solamente Ari, Xena y Aine guardaban la compostura junto a Gimmi, Josu y Antoine.

Brigitte cayó desmayada a unos metros de Antoine, no soportaba la presión de la locura inducida por el Hombre del Sombrero de Bombín, las sombras rodeaban a las hadas caídas, les estaban extrayendo la energía con sus malas artes, algunas dejaron de brillar, estaban muertas.

Antoine en un arranque de ira fue corriendo hacia su madre, se interpuso entre el Ser sombra y la misma y con los ojos inyectados en sangre sacó su medalla de tetragramatón junto con la gema del desierto de su madre, ahora brillaba intensamente, en un instante los dos colgantes se fundieron y de ellos brotó una llama de fuego rojo que empezó a calcinar a todas las sombras que venían a atacarle, Antoine se levantó, con su madre en brazos, tirando el rayo rojo que brotaba de su pecho hacia adelante, barriendo literalmente a todo el que se le ponía a tiro.

Dejó a Brigitte en el suelo delicadamente sin dejar de lanzar el rayo poderoso, se sujeto el medallón fundido y dirigió el mismo al Hombre del Sombrero de Bombín, un fulgor de luz negra se intensificó en el mismo, entonces las hadas que quedaban en pie empezaron a juntar sus rayos de energía en el cuerpo de Antoine, el con la rabia de un hijo que quiere salvar a su madre intensificó la fuerza mágica que le salía del corazón y con un golpe de pecho lanzó un último golpe de rayo rojo que hizo desaparecer en un instante con una explosión de luz negra y roja al Hombre del Sombrero de Bombín, justamente aquel que dejó caer al suelo, un sombrero formado por Sombras que fue lo último que desapareció, no sin antes escuchar un voz gutural y grave que decía: -No conseguiréis sobrevivir, vaís a desaparecer todos, seres feéricos, estáis condenaaaaadddooooossss.... 

La calma volvió a la Cueva de las Hadas, todos los Duendes yacían en el suelo desapareciendo lentamente, como corresponde a los seres semimateriales, las hadas que habían muerto eran más de veinte, la tristeza se apoderó de todos, había sido una batalla terrible, la confusión hacía que no se encontrara a nadie en concreto, todos estaban repasando a ver quienes habían sobrevivido.

Gimmi y Josu no habían podido luchar pues no sabían ni tenían poder para ello, pero si querían ayudar y fueron levantando a las hadas heridas, intentando recomponer el mobiliario del Hospital, Gimmi era conocedor de técnicas curativas, sobre todo energéticas, pues también era médico en su elemento, curaba a los animales y los pájaros en los bosques, con imposición de manos empezó a dar mejoría a las hadas.

Ari y Aine se levantaron del suelo, vieron aquel desastre y empezaron a ayudar también a sus hermanas, que terrible panorama, de este suceso tendrían que rendir cuentas para buscar otro lugar donde protegerse.

Josu ante aquel dantesco espectáculo se le encogió el corazón, entonces se dio cuenta que no había visto a Xena desde hacía rato, al momento escucharon un grito en la oscuridad de la Cueva:- ¡Ahhhhhhhhhh! ¡Socorro, me llevan con ellos, van a convertirme! ¡Socorroooooo! ¡Son horribles, venid a buscarme, noooooo!- era Xena, conocía perfectamente su voz, agudizó la vista y en la lejanía vio a dos duendes que llevaban sujeta de los brazos y las piernas a Xena, ¡la habían secuestrado!, corrió hacia ellos para intentar rescatarla, pero un fogonazo provocado por un haz de luz de un portal abierto por los duendes le cegó, con una ráfaga violenta de aire que le tiró al suelo vio como los duendes que se llevaban a Xena desaparecían por el mismo. 

Se hizo el silencio, su corazón se rompió al ver aquella desgracia, ¿donde se la habían llevado, qué iba a pasar ahora?, en un momento todo su animo se vino abajo, miro a Gimmi, que con rostro compungido no supo que decir, Antoine se acercó y dijo, ahora tenemos que ver la manera de ir a su morada, nos espera la oscuridad, Josu, pero no te preocupes, la rescataremos.


Continuará....

sábado, 24 de febrero de 2024

UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 19

 


 Antoine y Brigitte iban paseando por los senderos que transitaban las hadas en aquella inmensa cueva, con la tenue luz se distinguían perfilados todos los rasgos de la belleza de su madre, no había cambiado con el tiempo, Antoine en una mezcla de sentimientos encontrados; pensaba en la cantidad de años que había pasado sin ella, también sin su padre, pero con él nunca tuvo la conexión tan especial que tenía con ella, se sentía feliz por volverla a ver, por saber que la muerte no se la había arrebatado como a la mayoría de los mortales, pero en realidad sabía que ya nunca volvería a ser como antes, como cuando era niño, su madre era un ser especial, un hada, existía en una realidad en la que él apenas había vislumbrado en esta extraña aventura en la que le metió Josu, aunque en el fondo sabía que estaba predestinado a vivirla, él solo fue el desencadenante.

Se contaron miles de vivencias, todo lo que le había sucedido a Antoine desde el día que desapareció, lo mal que lo pasó en sus años de huérfano de madre, la falta que le hacía en aquel entonces contar con ella para que le aconsejara y le mimara, porque todo niño necesita a su madre para que le guie en los avatares de la vida.

Brigitte, con los ojos húmedos por la tristeza de no haber podido estar allí en materia le dijo que si estuvo en espíritu, pues siempre vigilaba que en sus experiencias nunca faltara la armonía, pero en ocasiones sus obligaciones no le dejaban estar ni en ese estado, se sentía mal por haberse perdido todas las etapas vitales de su hijo, de verlo hacerse un hombre hecho y derecho, pero ahora podían recuperar el tiempo perdido.

-Te voy a contar un secreto, Antoine- dijo Brigitte- Quiero que sepas que una vez que has entrado en contacto con esta dimensión, a través de lo que Gimmi os dio para poder permanecer estables aquí, ya nunca volverás a ser completamente humano, pues la esencia de la buena gente se posará en tu espíritu y siempre los podrás ver, es algo que no te han contado, pero ya te lo digo yo para que sepas que siempre me podrás visitar y ver a pesar de que cuando tu misión acabe, llegado el momento sabrás como encontrarme, y yo a ti.

-Quiero que te pongas este colgante que te voy a regalar, recibe la gema amarilla del desierto, ella concentra la luz del Sol, en momentos de profunda oscuridad se iluminará y te protegerá de aquella, será tu guía en los caminos en la noche y toda sombra que pretenda atacarte será repelida por ella, hasta las más poderosas; llévala siempre encima, está bendecida por mí, la bendición de una madre es el talismán más poderoso del Universo, recuérdalo, hijo mío, Antoine.-

Antoine, con lágrimas en los ojos le dio las gracias a Brigitte, su corazón rebosaba de felicidad, su pecho se hinchó de orgullo cuando su madre le colgó la gema del desierto en el pecho, se limpió las lágrimas de felicidad y dijo:- Creo que debemos volver con Ari, Gimmi, Josu y tus hermanas.- Así es, volvamos, creo que tenemos una celebración.- dijo Brigitte.

Se dieron la mano, cogieron una senda labrada en la roca de la cueva para ir al banquete que Ari, Xena y Aine habían organizado en honor a nuestros amigos.

Cuando llegaron a la mesa se sentaron mirándose a los ojos, un profundo amor maternal y filial se profesaban el uno al otro, eso hacía feliz al resto de invitados del banquete, también se alegraron mucho de aquel reencuentro tan maravilloso.

Ari con voz solemne abrió el banquete:-Queridos amigos, Maese Gimmi, Maese Josu, Mago Antoine, hemos preparado este banquete en vuestro honor, habéis sido elegidos para conocer el Reino de las Hadas, nos honráis con vuestra presencia en igualdad de condiciones que nosotras, gracias a las artes del Maese Gimmi podéis interactuar en esta dimensión , eso no se ve todos los días- rió en una carcajada-  Me hace muy feliz saber que nuestra historia será contada por fin correctamente en el mundo humano, quizás así podamos volver a colaborar todos juntos en la realidad universal de Gaia, pero hasta entonces todos los que estáis viviendo esta aventura en todas partes de la Tierra deberéis trabajar unidos para dar a conocer nuestra verdad y parar la terrible condena que nos acecha, lo que antes mencioné en la reunión, lo que llamamos "La Entropía Elemental".-

-Queridos amigos, el concepto de "Entropía Elemental" es algo que llevamos temiendo desde hace unos doscientos años, desde el comienzo de vuestro desarrollo industrial.-

-Cuando vuestra humanidad dio comienzo a la Revolución Industrial, comenzó a explotar vertiginosamente todos los recursos que hay en nuestra madre Tierra, empezando por los minerales, combustibles fósiles, agua, gas, madera, etc.-

-Se empezó a deforestar a los grandes bosques, a las Selvas, la minería empezó a comerse la Tierra, las aguas empezaron a envenenarse, la Atmósfera también, sin descanso, sin control, sin ningún remordimiento, los ríos y mares fueron saqueados y explotados, también envenenados.-

-Durante unos cien años los Seres que organizamos la Naturaleza fuimos aguantando todos estos daños, fuimos adaptando en la medida de lo posible a los seres vivos, ecosistemas y biotopos de todos los continentes, de los mares y de los cielos a las nuevas circunstancias creadas por los humanos.-

-Pero a partir de ese tiempo ya empezamos a resentirnos, a mediados del siglo XX era tanta la presión que fuimos mermando en todos los lugares del Mundo, desaparecíamos rápidamente, sin posibilidad de volver a aquellos lugares, pues la contaminación era más fuerte que nosotros, nos hacía morir, a pesar de que en teoría somos inmortales, pero ella nos hizo desaparecer, nos está haciendo desaparecer, por lo que la Entropía en la Naturaleza ya es imparable, el desorden se está adueñando de vuestro Mundo, la "Entropía Elemental" es un hecho, todo se está desbaratando, la Atmósfera se calienta porque ya no la regulan los Silfos y Sílfides, las Salamandras no pueden contener el calor, todos los seres elementales que habéis conocido ya no pueden regular la naturaleza, por eso nos quedan pocos años en estas condiciones para sucumbir a la Entropía, al Caos y la desaparición del orden de Gaia.-

-Pero el culmen de la Entropía comenzó de verdad el día que detonasteis la primera bomba nuclear, aquello desencadenó algo terrible, abrió el portal del inframundo más grande que jamás se había abierto, con aquel desparrame de energía se permitió entrar desde la dimensión oscura de la Antimateria a los Seres Elementales oscuros, los no creados por Gaia, los creados por la mezcla de muerte, miedo destrucción y sufrimiento que aquellos pobres seres con alma de la Ciudad de Hiroshima y Nagasaki soltaron y juntaron con aquel poder terrible de aquella tremenda explosión; desde entonces la Entropía se ha acelerado, los Seres Elementales Oscuros nos están sustituyendo y se han aliado con los Seres Sombra, además de enviar a las Almas a los Arcontes a través de los suicidios inducidos por la falta de ilusión y alegría que han provocado en el Mundo.- 

-Dentro de poco tendréis que enfrentaros a estos Seres Oscuros, están en todas partes, nos han desplazado y os podéis dar cuenta de ello por los tiempos tan funestos que estáis viviendo, tiempos de miedo, de odio, de racismo, de Guerras, de desorden en la Naturaleza.-

- Nosotros seguimos luchando por Gaia, por el orden, por la armonía, pero cada vez somos menos, ellos por el contrario son más, no tienen donde ir, su dimensión es paralela a la vuestra y los portales de entrada están abiertos en cada reactor nuclear que fabricáis, por eso debéis avisar al mundo, todo esto se debe parar, los auténticos demonios no son los que os contaron, son los Seres Sombra y los que pronto conoceréis, los Seres Elementales Oscuros.-

 -Este es el mensaje que queremos que dejéis claro en vuestro mundo, Antoine, Josu, sois parte de la última esperanza para nosotros y vosotros también, debéis transmitirlo una vez acabe este viaje.-

Cuando Ari dijo estas últimas palabras el silencio se podía cortar con un cuchillo, fue un momento de profunda preocupación en todos los que componían el banquete, pero entonces Josu dijo. -No os preocupéis más Dama Ari, estamos comprendiendo cual es el gran problema que tenemos todos, lo comunicaremos y haremos lo posible por poder darlo a conocer a todo nuestro Mundo, ahora ya sabemos la razón de por qué estamos aquí, y vamos a cumplirlo, ¿verdad, Antoine?, -Así es- dijo el Mago asintiendo con la cabeza.

De repente, en el fondo de la Cueva se oyó un terrible estruendo, provenía de la parte oscura donde antes ellos se habían fijado que no habían casi hadas.

-¡Viene del hospital de la Cueva! dijo Xena gritando,- ¡Rápido, debemos ir a ver que pasa, allí están nuestras hermanas afectadas de oscuridad, debemos ayudarlas!-

Todos dejaron el banquete y se levantaron de sus sillas para ir a ver que ocurría, otra explosión tremenda sacudió toda la Cueva, Josu, Antoine y Guimmi siguieron a Xena, Ari y Aine corriendo para ver que sucedía.

Una gran nube de polvo empezó a cubrir la Cueva, asustados llegaron a la entrada del hospital, de la zona oscura, esperaron unos minutos a que se disipara el polvo, mientras escuchaban gritos en la oscuridad, ruidos de cosas que se rompían, picos excavando la roca, forcejeos que no distinguían entre las hadas que estaban dentro y unos bultos que se movían alrededor de ellas más pequeños, cuando se asentó el polvo, entre aquel caos se distinguieron bien esas figuras que forcejeaban, eran los Duendes, iguales al que vieron en la superficie antes de llegar a casa de Tía Paua, se quedaron horrorizados, no entendía nadie como habían logrado entrar al refugio sagrado de las Hadas.


Continuará...


domingo, 11 de febrero de 2024

UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 18

 

La bella hada nocturna Aine se puso seria mientras estaba dando su discurso en las sillas de piedra donde estaban sentados Gimmi y sus compañeros, con aire solemne les dijo:- Todo lo que voy a contar sobre nuestro pueblo va a ser escrito en el libro que le dejaste al Fauno, el Codex Elementaris, pues os voy a revelar para la posteridad la verdad que debéis conocer sobre las hadas, conocimientos que debéis llevar en vuestro corazón, ellos os harán comprender mejor el mundo donde vivís, comprenderéis la magia y las energías que os rodean, somos depositarias de esta sabiduría y queremos compartirla después de siglos de silencio, a pesar de haberlo dado a varios de vuestros congéneres en ocasiones, nunca ha transcendido lo suficiente para que logremos un cambio a mejor en esta dimensión, vosotros, junto con los demás que estamos formando en el planeta sois nuestra última oportunidad antes de la "Entropía elemental", de la cual hablaremos más adelante.-

- Las hadas aparecimos gracias a vosotros como hemos comentado antes, pero lo que no sabéis es que estamos hechas en parte de vuestros elementos, junto con la energía de la tierra y la magia elemental, podemos interactuar con vosotros en igualdad, lo cual quiere decir que existen hadas conviviendo con vosotros, ellas han elegido unirse a seres con alma para coexistir e incluso tener relaciones íntimas y engendrar hijos, podemos hacerlo, de hecho lo hemos hecho siempre, aunque en contadas ocasiones, somos en parte también humanas, pero solo adquirimos el alma trascendente cuando nos unimos en igualdad de condiciones con seres humanos, el amor nos concede esa alma, la cual deseamos para poder transcender en el tiempo, por alguna razón Gaia nos ha permitido habitar de esta manera también con nosotros, solo con la condición que en algún momento lejano de la relación debemos volver a nuestra verdadera naturaleza elemental, para no volver con la persona amada, puede parecer triste, injusto, pero debemos hacerlo porque nuestra materia solo dura unos años densificada, luego tenemos que regresar a nuestra dimensión para regenerarnos en la magia y la fuerza de la naturaleza, a cambio os entregamos descendencia.-

-Muchos de los sabios, magos, hechiceros, reyes, emperadores y gente que ha destacado en vuestro mundo, realizando proezas, descubrimientos y haciendo que cambiaran cosas para vuestra historia son hijos de hadas, cuyos padres se enamoraron de ellas en lo profundo de los bosques, de las montañas, de la noche estrellada en sitios solitarios, sintiendo amor mutuo entre ellos, pues a las hadas nos gustan los hombres, debemos protegerlos, aunque nos estén haciendo daño en multitud de ocasiones, somos las intermediarias entre el reino de la magia y el físico, denso de la Tierra, de Gaia.-

La luz que Aine emanaba con su traje plateado, su tiara de plata y su cinturón de cristal se volvió más intensa, con un movimiento alzó sus brazos y mirando a Antoine le dijo:- Antoine, quiero que mires en tu interior y pienses en estos momentos en tu madre, visualiza su rostro, sé que hace muchos años desapareció, sé que llevas esa carga de tristeza por no saber el motivo por el que se fue, quiero que pienses en ella, cierra los ojos y respira lentamente, cuando yo te diga, ábrelos, tengo una sorpresa para ti.- 

Antoine cerró los ojos y pensó en su madre, era morena, con el pelo castaño, siempre recogido en una trenza que graciosamente se peinaba, sus ojos eran color miel, su rostro era armonioso, tenía una nariz respingona y sus labios eran carnosos, su piel oscurecida por el sol de Argelia le daba un aire árabe, ahora recordaba su voz, pero desapareció cuando él era un niño de apenas trece años, sin saber por qué un día se fue al colegio, antes de salir vio a su madre en la cocina y le dijo: - Mama, me voy a la escuela, pronto empezaré el instituto y quiero aprobarlo todo.- Ella con voz dulce le dijo:- Muy bien, Antoine, quiero que sepas que te quiero mucho, que siempre te querré, a pesar de lo que pasé, siempre estaré contigo.- con un beso en la frente le dio su bocadillo y le soltó.  Antoine se quedó pensativo ante estas palabras en aquel entonces, pero se fue contento, por la tarde cuando regresó ella había desaparecido, a pesar de buscarla la policía y cientos de obreros de su latifundio, no la encontraron.

El llevó esa pena desde entonces, sin saber nunca que había pasado, su padre cayó en una tristeza inmensa, pero se resignó y como si supiera secretamente la verdad de su desaparición nunca más volvió a nombrarla, volvió a casarse con otra mujer que a Antoine nunca agradó, pero la aceptó, se hizo hombre y se fue a Francia a cursar sus estudios.

Aine, resplandeciente con su luz lunar con un tono sereno y dulce le dijo a Antoine:- Puedes abrir los ojos Antoine, hay alguien que ha venido a verte.- abrió los ojos lentamente y ante sí se presentó un hada resplandeciente, con un traje de color dorado, como la arena del desierto, llevaba una corona de rama de olivo en la cabeza, tenía una trenza de pelo castaño muy hermosa, sus ojos eran color miel, sus labios carnosos de un rojo intenso, su nariz respingona, tenía el rostro de su madre, no había cambiado nada como él lo conocía,  hacía treinta y seis años que no lo veía. 

Antoine se quedó atónito, aquella hada era su madre, Brigitte era su nombre, él creyó siempre que era francesa, pero por lo visto estaba equivocado.

Brigitte alzó los brazos y fue a darle un abrazo a su hijo, Antoine no pudo evitar las lágrimas en ese momento, nunca hubiera esperado encontrarse de nuevo con su madre, pero allí estaba, era real, la veía tan hermosa, tan viva, tan luminosa, con su piel morena, su cabello castaño precioso y su rostro angelical, el cual casi había olvidado.

Brigitte le dijo:- Bienvenido hijo mío, no creas nunca que te dejé sin pena, pero debía irme, ya no podía estar más en vuestro mundo, Gaia me dio esos años para disfrutarlos contigo y con tu padre, pero debía volver a esta dimensión, mi materia se iba diluyendo y volvía a ser elemental, quiero que sepas que te he seguido en la distancia, que te he ayudado en muchas de tus decisiones y he estado ahí en otro plano, en el plano que las hadas tenemos asignado para ayudaros, nunca te he olvidado, hijo mío.-

-Ahora vivo aquí, cumplo mi misión en la naturaleza, son un hada diurna, mi misión es velar por las criaturas de los desiertos, ordenar la arena en la formación de las dunas, dirigir el viento para que modele el paisaje y limpie la atmósfera del mismo, esa es la tarea que tengo asignada, pero siempre conecta una parte de mí con tu ser, creo que siempre lo has notado.-

Antoine la apretaba con fuerza, en su actual condición era como ella, podía tocarla, besarla y abrazarla, eran iguales, a pesar de que sabía era temporal, pero su alegría se desbordó al saber que su madre no había muerto, que era un hada, que se había ido, que ahora se habían encontrado en esta extraña aventura.

Ari viendo como se iba desarrollando los acontecimientos ordenó al resto de las hadas que se fueran dispersando, les dijo a Gimmi y a Josu que dejaran solos a Antoine y Brigitte, pues seguramente tenían mucho que hablar, les invitó a que la siguieran, pues les dijo:- Venid, vamos a reponer fuerzas, hemos preparado un banquete en vuestro honor, lleváis mucho tiempo sin comer, pues nosotras al igual que vosotros Gimmi, también debemos alimentarnos, más tarde nos seguirá Antoine y Brigitte, no temas Josu, te va a gustar.-

Josu vio como Xena se alejaba al ordenarla Ari que abandonaran la reunión, pero mientras la miraba ella se giró y le guiño el ojo con aire juguetón, a él le dio un vuelco el corazón y su pecho se hinchó de alegría, parecía ser que también le gustaba a Xena, igual era correspondido, su mente iba a mil, ya no pensaba en la aventura fantástica que estaba viviendo, ahora solo veía el rostro de Xena, nunca le había pasado con ninguna chica, pero claro, todas las que había conocido eran humanas, un hada era otra cosa.

Se dirigieron a una zona de la cueva donde había situada una mesa inmensa, llena de sillas plateadas, en ella había todo tipo de frutas, verduras, frutos secos, setas cocinadas, todos alimentos de origen vegetal, muchas de ellas ni siquiera sabía Josu qué eran, pues parecían bayas, frutos del bosque desconocidos, algunos brillaban en la penumbra, otros eran de colores extraños.

Ari le dijo a Gimmi y Josu que se sentaran a su lado en la mesa, estaban convocadas todas las hadas que en aquella cueva habitaban.

Poco a poco fueron llegando decenas de hadas que se iban sentando en aquel banquete, Ari, Aine y otras hadas se sentaron en un extremo de la mesa, luego llegó Xena y con un ademán de alegría le dijo a Josu:- Puedes sentarte aquí, a mi lado, Gimmi a continuación y dejaremos estos dos sitios libres después de él para tu amigo Antoine y Brigitte.-

Josu asintió casi sin palabras, pues no pensaba que Xena le iba a hablar de esta manera tan directa después de que se le notara que le gustaba, aunque claro, no sabía cual era la psicología de las hadas, pensó que lo mejor era dejarse llevar y vivir el momento de alegría que la vida o la vivencia extraña que estaba teniendo le brindaba.

domingo, 4 de febrero de 2024

UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 17

 


Permanecieron sentados en aquellas piedras durante unos minutos, estaban expectantes por ver aquella reunión de hadas en torno a ellos tres, Ari permanecía de pie a su lado, esperando, entonces poco a poco fueron llegando muchas hadas que iban colocándose en otros asientos de piedra, algunas se quedaron de pie y otras permanecían estáticas flotando alrededor de aquella reunión feérica.

Era tanta la belleza que se concentraba en aquel claro de la cueva que Gimmi, Josu y Antoine no sabían donde mirar, pues les abrumaba, sus ojos no estaban acostumbrados a ver aquella luz y perfección de estos seres femeninos.

Cuando se concentraron todas las hadas convocadas a esa reunión, Ari, como anfitriona de la misma dijo en voz alta: -Queridas hermanas, os he convocado aquí para que conozcáis a los primeros seres con alma que han sido invitados a nuestro pueblo, ellos han sido elegidos para que nos conozcan y sean transmisores de un mensaje muy importante que deberán llevar ante sus líderes, para que sepan cual es la realidad de su mundo y del nuestro, pues en sus acciones futuras está el destino de nosotras y de muchas criaturas elementales de esta y otras dimensiones de este planeta.- 

La mirada de Ari se dirigió entonces hacia los tres visitantes, con voz profunda les dijo:- Debéis saber que habéis sido invitados a nuestro hogar para que seáis instruidos sobre nosotras y nuestra misión en la existencia, todo este conocimiento deberéis transmitirlo y guardarlo para que en un futuro se pueda lograr un cambio en vuestra dimensión terrena, a la cual pertenecemos, pero vosotros sois los que podréis realizarlo, al darlo a conocer, pues como sabéis no sois los únicos que están siendo instruidos para ello, hay muchos más seres con alma que están siendo convocados en otros lugares para crear una masa crítica de humanos que nos entiendan, nos conozcan y sean quienes puedan darle la vuelta a la situación desastrosa que vive nuestra madre Gaia.-

- Os vamos a contar cual es el origen de nuestro pueblo, pues las hadas somos creación vuestra, en realidad sois los seres con alma quienes nos distéis la vida, si, como lo oís, en el principio de los tiempos las hadas no éramos como somos ahora, solo flotábamos en un oscuro vacío, sin propósito, sin forma, éramos energía que quería existir, pero no encontrábamos la forma de materializarnos, entonces la madre tierra quiso tomar conciencia de si misma, pues quería crear a seres que fueran inteligentes, que pudieran existir en su seno y tener una naturaleza transcendental, por eso los dotó con un alma que puede permanecer siempre en el tiempo a través de las sucesivas reencarnaciones, eso les permitiría ser cada vez más sabios y acumular conocimiento en todas sus vidas, así podría salvaguardarlo y llegar a fundirse con ellos en la eternidad, ahí ella habría cumplido su misión creadora, pero todo se torció cuando aparecieron los Seres Oscuros, los que nosotras llamamos Arcontes, seres que cuando morís se os aparecen con forma de luz, bellos, atractivos, en ese momento en el que tendríais que trascender e ir hacia el seno de Gaia, para vuestra verdadera reencarnación, lo que llamáis Cielo, ellos os engañan, os atraen hacia una falsa luz y os obligan a reencarnaros en vidas desgraciadas, que generan negatividad en el Mundo, sufrimiento del que ellos se alimentan y así densificar vuestras almas para que os cueste más tiempo transcender hacia la creación de Gaia, por eso hay tanto mal en vuestro mundo, por eso sufrís tanto, los Arcontes se alimentan de vuestro padecimiento en la Tierra.-

- Entonces Gaia, para intentar contrarrestar a estas criaturas, cuyo origen aún no sabemos cual es, pues Gaia no los creó, simplemente aparecieron en el oscuro pasado del tiempo, se instalaron en una dimensión paralela en la que accedéis al morir, allí aparecieron los Seres Sombra, viven también los Duendes, los espíritus desencarnados que no quieren transcender y los más temibles, los Hombres del Sombrero, que ya habéis conocido; nos dio la capacidad de materializarnos en vuestro mundo y traer la alegría,la vida en vuestra existencia.-

Gimmi permanecía sentado escuchando con atención todo lo que decía Ari, Josu y Antoine estaban como en shock, pues tanta revelación era difícil de asimilar para ellos, pues en los libros que habían leído y en las enseñanzas que les habían sido reveladas, sobre todo a Antoine no figuraba nada de lo que estaban escuchando.

Ari, con voz profunda dijo: - Queridos amigos, las hadas somos parte de vuestra vida en todos los sentidos, pero en donde más estamos son en vuestras emociones y pensamientos, fuimos creadas por vuestras risas cuando eráis bebés, cada vez que reíais a la vida muchas de nosotras salíamos del limbo donde estábamos y se nos asignaba una misión en la Tierra, siempre en torno a vosotros, amigos míos, pues somos en cierta manera vuestras guías y guardianas, somos los espíritus semimateriales que ordenan la naturaleza, aparte de los seres elementales que la limpian, la cuidan, la modelan, nosotras somos quienes les damos instrucciones para que todo fluya en armonía en los bosques, en los ríos, en las montañas, en las selvas, en todos los lugares vírgenes que quedan en el Mundo.-

-Los Seres elementales ejecutan las instrucciones y nos consultan para realizarlas bien, nosotras sabemos cuando viene el viento del norte a traer el Invierno, cuando viene la primavera, cuando florecen los distintos árboles, plantas, cantamos a las nubes para que traigan la lluvia cuando es necesaria, guiamos a los Enanitos Amarillos para que trabajen la tierra, atiendan las plantas y polinicen las flores, también ayudamos a las Ondinas y Nereidas en las masas de agua, con los peces, con la fauna y flora acuáticas.-

-Llamamos al Verano, dándole instrucciones a las Salamandras junto con los  Silfos para que traigan el fuego del Sol y el viento caliente del mismo, lo hacemos marchar para que vuelva el Otoño, ordenamos a los árboles que suelten sus hojas y así eternamente, hasta que hace doscientos años vuestra revolución industrial empezó a cambiarlo todo.-

Nuestros tres amigos permanecían callados, Antoine estaba absorto asimilando todo lo que aquella bella hada les iba diciendo, Josu sin embargo estaba alejado de aquella charla, absorto en su  pensamientos, pensaba en lo que la  mirada de la bella Xena le había provocado, no podía dejar de pensar en ella, en sus ojos rasgados, su piel blanca, su cabello rubio, la luz que irradiaba, y aquellos labios que parecieron mandarle una tímida sonrisa cuando se cruzaron sus miradas.

Sabía que tenía que prestar atención al discurso de Ari, pero no podía dejar de pensar en Xena, su corazón se estaba llenando de un calor que nunca había experimentado, no sabía lo que podía ser aquello, un pensamiento loco entro en su mente, no, no podía ser, se dio cuenta que era algo imposible, algo que no cuadraba en aquella aventura, pero no podía evitarlo, Josu, se estaba enamorando de Xena, en su interior lo sabía.

-Voy a dar la palabra a nuestra hermana Aine: -dijo Ari- ella os va a explicar cual es nuestro cometido en vuestras vidas, en las vidas de los Seres con Alma, en los humanos.-

-Debéis saber que las hadas estamos en todas partes, nos gustan las cosas sencillas, nos gusta el olor a café en la mañana, las flores en los jarrones de las casas, los cuadros bonitos, las risas de los bebés en la mañana al despertar, los ruidos de los cacharros de cocina mientras cocináis, en vuestra alegría al vivir, somos las guardianas de las casas, somos las guardianas de vuestras emociones, tanto positivas como negativas, pues siempre intentamos que viváis en sintonía con vuestro entorno, pero no siempre lo logramos.-

-Nosotras intentamos influir en vuestros espíritus para que sintáis la alegría de la vida, fuimos creadas para traer la armonía a vuestras casas, a vuestro mundo, pero ahora es tanta la presión emocional que estáis ejerciendo negativamente en vuestras vidas que estáis dando paso a que los Seres Oscuros nos desplacen y nos arrinconen en refugios de los que nos cuesta salir para ayudaros y realizar nuestra misión en la naturaleza.-

 

Continuará...

-


UN PASEO EXTRAÑO CAPÍTULO 16

 

 Gimmi volvió a respirar después de que las tres hadas le tocaran y deshicieran el hechizo maligno de aquel terrible espíritu oscuro, permaneció de rodillas dando las gracias a Ari y sus hermanas, pues en el pueblo de las hadas todas son hermanas, así se llaman y así se sienten.

- Tuve unas visiones terribles que nunca había pensado tener, mi corazón se encogió ante ellas, no sé que me hizo el Hombre del Sombrero de Copa pero vi el sufrimiento humano en todo su apogeo, imágenes de guerras terribles, de torturas, de vejaciones impensables, muertes de niños, de mujeres, de ancianos, cuerpos desmembrados, dolor, mucho dolor, miedo, lágrimas y tristeza sin fín- le dijo Gimmi a las tres hadas- nunca pensé que la humanidad fuera capaz de crear tanto horror, los seres elementales conocemos el mal, pero de esa índole no, nunca lo hubiera imaginado, me va a costar mucho olvidar estas imágenes-.

-Te hemos cogido a tiempo Gimmi- dijo Ari, -unos minutos más y tu condición elemental hubiera desaparecido, solo serías una simple roca de tu elemento, has tenido mucha suerte, los seres sombra tienen mucho poder en estos tiempos.-

Gimmi, Antoine y Josu con ojos de asombro admiraron la belleza de las tres hadas, habían aparecido en un momento crítico, por fin podrían conocerlas y hablar con ellas.

Josu estaba emocionado, además una de ellas, la que estaba a la derecha de Ari cuando aparecieron se quedó mirándolo fijamente, Josu también lo hizo y sus miradas chocaron encendiendo un calor extraño en el corazón de Josu que no sabía explicar, pero enseguida apartaron la misma y miraron a Gimmi, pero Josu no olvidó ese momento desde que sucedió.

-Os presento a dos de mis hermanas, a mi izquierda está Aine, a mi derecha está Xena, son hadas nocturnas, como yo, aunque podemos también ser vistas de día, como sucede ahora en el alba, pero no nos gusta la luz del Sol, la Luna es nuestra aliada, de ella conseguimos nuestra luz y energía, velamos por los seres nocturnos entre otras de nuestras tareas- dijo Ari.

-Hemos venido guiados por la conexión telepática que tuve con Josu, aunque fue interceptada por los seres sombra, pues tienen el poder de meterse en la mente de quienes ellos deseen cuando están cerca.-

Antoine en ese momento dijo:- Podemos abrir el círculo de sal en estos momentos, ¿no?, la verdad es que estoy aún bastante asustado por lo sucedido, nunca pensé enfrentarme a seres tan oscuros y siniestros.-

-Puedes salir ya mi querido Antoine, llevaba mucho tiempo queriendo conocerte, me han hablado mucho de ti, nosotras sabíamos que un día vendrías a conocernos, estabas predestinado a ello, te hemos esperado pacientemente, aunque no lo creas eres muy importante en esta misión, crucial para todos nosotros, pues en estos tiempos es posible que nos haya llegado el fin de nuestra era...-dijo Ari.

Antoine se quedó pensativo y no supo que decir - bueno, no os preocupéis ahora de nada- dijo Ari- ya tendremos tiempo de explicaciones y de buscar respuestas, ahora os vamos a invitar a que vengáis a nuestro refugio de la Sierra, debéis saber que nosotras somos seres interdimensionales, como vosotros Gimmi, pero hemos elegido vivir en este plano de existencia para poder interactuar mejor en el mundo de los humanos, pues somos en cierta manera sus protectoras, al igual que los que ellos consideran sus "ángeles guardianes", que ya hablaremos de ellos en otra ocasión.-

Las hermanas de Ari, Aine y Xena no dijeron nada, Ari se dirigió con paso firme hacia la pared de piedra con la que se encontraron poco antes de enfrentarse a los seres sombra y el Hombre del Sombrero de copa, a continuación, detrás de ella iban las otras dos hadas, con paso firme y decidido, su belleza y su resplandor blanco les iluminaba a pesar de que el sol estaba saliendo por encima de la montaña Tumular, el aire frio se había detenido y un agradable aroma a rocío y hierba nueva se esparcía por el aire, los tres se quedaron extasiados viendo como se dirigían a chocarse con la pared pétrea, entonces en una abrir y cerrar de ojos, una grieta luminosa con forma de puerta se fue formando en la aquel muro que parecía impenetrable, en un momento se formó una puerta  que irradiaba la misma luz blanca que las hadas tenían alrededor de ellas, Arí se paró en una esquina de esa puerta mientras Aine y Xena entraron, luego con un movimiento de invitación les dijo a nuestros tres amigos que pasaran sin miedo.

El primero en entrar fue Josu, luego entró Antoine y por último Gimmi, aún se sentía un poco indispuesto después del episodio tan horrible que había pasado, pero al entrar empezó a sentirse mejor, una luz que no deslumbraba, blanca como la más pura de la leche y cálida como una mañana de verano los envolvió y cegando su vista atravesaron el umbral de la puerta luminosa.

Entraron a una cueva inmensa, el techo colgaban estalactitas increíblemente bellas, en el techo surgían una especie de hongos luminiscentes que le daban un resplandor de varios colores a las mismas iluminando de forma harmoniosa aquella inmensa cueva en la que no se veía el contorno de la misma.

Las tres hadas iban delante como en comitiva, detrás iban Gimmi, Josu y Antoine, seguían un camino de color blanco que no abandonaban en ningún momento, a los lados de la cueva, cuyas paredes se veían allá a lo lejos, en una inmensidad impropia de un lugar subterráneo, pues Gimmi conocía muy bien todos estos, era una de sus tareas favoritas, excavar túneles y cuevas cuando el Fauno se lo ordenaba. Pues quedó maravillado por la inmensidad y belleza de este lugar, no sabía como lo habían hecho, estaba asombrado.

Josu y Antoine se sentían abrumados por tanta belleza y magnificencia en aquella cueva, a los lados del camino blando habían estalagmitas rodeadas también de hongos luminiscentes, de extrañas plantas fosforescentes, cientos de luciérnagas revoloteaban a su alrededor, mariposas nocturnas de una belleza sin igual, que nunca habían visto, también habían grillos y otras clases de insectos nocturnos que no conocían.

Recorrieron un buen tramo siguiendo a las hadas, hasta que se encontraron con otro muro de piedra en el que había otra puerta pero esta vez no estaba iluminada, en la misma había un cartel en rúnico:

"ᛖᛋᚳᚱᛁᛒᛖ ᚪ ᚢ  ᛏᚢ ᚾᚩᛗᛒᚱᛖᚳᚢᚪᚾᛞᚩ ᛖᛚ ᛈᚱᛁᛗᛖᚱ ᛒᛖᛒ ᚱᛁᚩ ᛈᚩᚱ ᛈᚱᛁᛗᛖᚱᚪ ᛖ, ᛋᚢ ᚱᛁᛋᚪ ᛋᛖ ᚱᚩᛗᛈᛁ  ᛖᚾ ᛗᛁᛚ ᛈᛖᛞᚪ ᚩᛋ, ᚣ ᛏᚩᛞᚩᛋ ᛋᛖ ᚠᚢᛖᚱᚩᚾ ᛋᚪᛚᛏᚪᚾᛞᚩ, ᚣ ᛖᛋᛖ ᚠᚢᛖ ᛖᛚ ᚳᚩᛗᛁᛖᚾ ᚩ ᛞᛖ ᛚᚪᛋ ᚻᚪᛞᚪᛋ"
 

 "Cuando el primer bebé rio por primera vez, su risa se rompió en mil pedazos, y todos se fueron saltando, y ese fue el comienzo de las hadas"

A los lados de la misma habían dos hadas custodiando aquella entrada; Ari se acercó a una de ellas y con un gesto levantando la mano le dijo:- Soy Ari, hada de la noche, guardiana del canto de la Lechuza, del Autillo, del Buho y el Ruiseñor, solicito entrar a nuestro pueblo, tenemos una visita muy importante que debemos atender.-

La guardiana de la puerta levantó su mano también y con una reverencia instó a las tres hermanas y a sus invitados a entrar por aquella puerta.

Procedieron a cruzar el umbral de la misma y cuando entraron se quedaron maravillados, pues parecía que estuvieran en un bosque precioso, lleno de árboles, con luz parecida a la del Sol que no sabían de donde venía, con flores hermosas por todos lados, cientos de hadas como Ari revoloteaban con sus alas, otras que no tenían alas también podían volar, flotaban de forma etérea, la belleza de aquel lugar era abrumadora para nuestros amigos, no podían creer lo que estaban viendo, habían hadas por todos los rincones de la cueva, se movían de un lado para otro, parecían ir hacía lo alto y desaparecer en la luz de aquel techo que no eran capaces de ver, luego volvían, otras parecían ir hacia las flores, otras a los árboles y todas reían y cantaban, aunque se dieron cuenta que había una zona allá en lo más profundo que estaba más oscurecida, allí no se veía tanta actividad.

Se pararon en un claro de aquel bosque interior, allí habían unas piedras que tenían su parte superior plana, parecían asientos, Ari les dijo que se sentaran allí, que esperaran porque iba a convocar a todas las hadas de aquel lugar para que vinieran a verlos, ellas les iban a dar respuestas.


Continuará...