lunes, 28 de noviembre de 2011

ABAJO, ENTRE LOS MUERTOS


Cuando era un adolescente, empecé a interesarme mucho por los comics de DC, un amigo me inició en aquel universo de superheroes, como Batman, Superman, La liga de Justicia, y muchísimos más. En aquella época, allá por el año 90 empecé a coleccionar muchas series, una de mis favoritas fue Watchmen, El escuadrón suicida, Leyendas de Batman, y bastantes más. Pero un día me encontré por casualidad una miniserie de 4 comics que me cautivó de una manera como pocas publicaciones lo han hecho hasta ahora. En un pequeño quiosco que había unas calles bajo de mi casa compré "La cosa del Pantano", un comic de terror, considerado una obra maestra por los entendidos cuyo dibujante y guionista era Alan Moore, uno de los mejores autores de comics actuales y pasados. En el último comic de esta miniserie hay una historia tremenda sobre el cielo y el infierno que a mí me puso los pelos de punta, ya no por el terror o el miedo que inspiraba, no, sino por el concepto filósofico que desprendía la misma historia y lo bien trabajado que estaba el dibujo y el guión, de hecho se llevo varios premios internacionales,. El título del comic era "Abajo, entre los muertos" y la historia era así.

Alec, el protagonista, antes hombre, ahora convertido en un ser elemental de tierra llamado "La Cosa del Pantano", en un tiempo casado con Abigail, su amor plátonico e inalcanzable, ha descubierto que por causa del tío de su amada, manejando artes oscuras y volviendo desde la muerte y el infierno, consigue arrastrar el alma de Abigail hasta lo más profundo del averno, consternado por este hecho y teniendo en sus brazos el cuerpo sin alma de Abigail se le revela que la única forma de salvar a su amada es yendo al infierno para traerla de vuelta, pues es un alma no condenada obligada a permanecer en el inframundo por un condenado. Su desesperación es tal que no repara en que su poder como elemental le permite desprenderse de su cuerpo si el lo desea con todas sus fuerzas, entonces se apoya en un árbol, en una pequeña isla de su pantano y se deja llevar por el ritmo infinito de la tierra, se deja llevar por el verde, por el agradable calor de la tierra y el ritmo intemporal de la vida hasta que zas¡, cruza la frontera de la existencia terrenal y llega a un lugar indeterminado en donde una niebla no le permite ver nada, y se siente solo.
De repente surge una mujer de la niebla y le pregunta a Alec-¿has visto a mi hijo?-no, señora, no le he visto- le contesta, ella le explica que no sabe donde está, que ha aparecido allí, que ella iba conduciendo cuando se ha girado a regañar a su hijo para que no cantara canciones de anuncios, entonces ha oido un tremendo golpe y ha aparecido aquí, le dice llorando-¡Alex! llora chillando, entonces aparece el niño llamando a su madre- Mamá, Mamá, ya estoy aquí, los médicos me intentaron reanimar pero no he podido quedarme, me voy contigo, ven, yo se adonde ir, tenemos que ir hacia la luz, no hace mucho que estuve aquí, sé el camino-. Alec se queda mirando como se alejan y de repente aparece a su lado un hombre con sombrero y traje negro, es el "Fantasma Errante", el no muerto que puede morar entre el cielo y el infierno sin opción a elegir donde quedarse,- Hola, Alec- le dice,-Te estaba esperando, Se me ha comunicado que ibas a venir, tu flor está en lo más profundo del infierno y no podemos hacer nada para salvarla, solo "Ella" nos puede guiar para encontrar la forma de traerla de vuelta-. ¿Ella?, le pregunta Alec- Si, por lo que yo sé, Dios es "Ella", pero solo es una pequeña forma de ver la realidad del infinito, solo conozco una parte del Universo de Dios, dijo El Fantasma- de repente, una luz, empieza a brillar en el centro de todo lo visible y poco a poco un gran ojo se forma y aparece el rostro de "Dios", no, es el guardián del limbo, de la zona del tránsito, y habla- Vaya, vaya, El Fantasma Errante se ha dignado a aparecer por aquí, ¿qué solicita el no muerto al guardián del tránsito?,- Guardián, venimos a rescatar el alma de una inocente, lanzada a lo más profundo del averno por uno que no tenía derecho, necesitamos saber donde buscar y como llegar allí, y tú conoces las respuestas. -Solo os digo que no sé donde está- el rastro del que no tiene derecho pasó como un cometa fétido de podredumbre y alquitrán hirviendo hará dos días, su rastro se perdió al surcar el limbo y no se sabe donde mora en estos momentos, os sugiero que subais arriba y pregunteís por el alma de tu amada, Alec, os darán pistas para encontrarla, yo os abriré la puerta hacia la luz-Gracias Guardían, haremos como dices- dijo el Fantasma.
El paisaje que se abre ante Alec "La cosa del Pantano" y el Fantasma errante es increible: montañas verdes, bosques infinitos, cascadas, cielo azul brillante, vegetación exhuberante y naturaleza terrenal perfecta, pero muy poca gente, entonces se encuentra con aquel que una vez fue,  pero que murió en el momento en que se convirtió en elemental, su alma humana le saluda- hola Alec-, cuanto tiempo, ¿qué has venido a hacer aquí?- buscamos la forma de entrar en el infierno, pues no estamos condenados y buscamos la puerta,- el fantasma Errante me acompaña, pues él puede entrar pero yo no, queremos saber si aquí podemos encontrar algo con lo que canjear su alma,- entonces el Fantasma Errante coge una flor de una ladera y se la pone en la solapa de su traje, sin darle importancia al gesto- No sé que buscais aquí, esto es demasiado grande y solitario para econtrar a nadie ni a nada, estoy con Linda, aquí nos hemos conocido y creo que ella tiene ganas de volver, quiere volver a tener niños, yo no estoy muy seguro, pero podeís invocar a Etrigan, quizás Él os diga el camino-.
El Fantasma Errante abre los ojos como platos y se asusta al oir ese nombre, Etrigan es uno de los demonios más poderesos del inframundo, El demonio poeta, le llaman. Ellos vuelven a cruzar la luz y regresan al Limbo, El Fantasma sabe llegar hasta las puertas del Averno, pero no se le permite la entrada, al llegar allí, invoca a Etrigan, al instante aparece y le dice-¿Quién osa nombrar mi nombre sin chanza en un lugar en donde no hay esperanza?-Etrigan, buscamos el alma inocente de una no condenada que ha sido enviada a este lugar por uno que no tiene derecho, sabemos tu debilidad por la flores del cielo, te hemos traído una en pago a tu servicio, si nos ayudas a encontrarla sera tuya, fue recogida en una de las laderas de la gloria.
Bella es, pues, Etrigan no puede rechazarla, pero solo uno de vosotros puede entrar, Alec me acompañará-Pero en el infierno no se puede entrar acompañado- dice el fantasma- y ¿qué me van ha hacer si desobedezco?- dijo Etrigan, -¿mandarme al infierno?, jajajajaja, rie con sarcasmo.
La Cosa del Pantano y Etrigan se sumerjen en la oscuridad y penetran en el averno, criaturas monstruosas les observan y les atacan, un valle de muerte y desolación con figuras grotescas se abre a su paso, no existen palabras para describir el horror que allí se puede contemplar, de repente, surge una montaña llena de moscas, es el Tio de Abigail, y saluda a Alec- Hola Alec- si buscas a tu amada, está condenada en medio de este caos y podredumbre, no podrás liberarla, Alec, jejejeje, has visto cuantos insectos se incuban en mi interior, no puedo más, ¿cúantos años llevo aquí? Alec,- desde ayer, contesta la cosa del Pantao-¡Noooooooooo! chilla el espectro del que no tenía derecho. Etrigan arrastra a Alec hacia lo oscuro del infierno cuando en un lugar apartado ve tendido el cuerpo de Abigail, brilla en la negrura del averno, custodiado por seres infectos, podridos, horribles que le babean y anhelan destriparla, de repente, Etrigan le dice a Alec-usa tus poderes de elementa, lucha contra estas criaturas, yo abriré una puerta que te lleve a la existencia terrena y podrás llevarte a tu amada, el pago a sido justo, con un conjuro diabólico empieza a abrir el portal y con fuego lo crea, Alec lucha con las criaturas con todas sus fuerzas y consigue coger a Abigail, entonces Etrigan le dice,-coge a tu amada y márchate- te has merecido tu premio, yo tengo el mío y cuando despierte de su letargo dile que una flor con su nombre crece en lo más oscuro del infierno para resaltar así su tenebrosidad y horror.
Vuelve a surgir el verdor, la calidez de la vida y entonces se encuentra despertando en el sitio donde se recostó, en su pequeña islita del pantano, a su lado tendida, está Abigail, abriendo los ojos y preguntando-¿Alec?, eres tú, ¿donde estoy? ¿qué ha pasado?, Alec, Alec, ¿por qué lloras?............Fin.

Dedicado a Felipe, este post es por él.

domingo, 13 de noviembre de 2011

¡EN CASA! (Relato)

La tarde era fresca y despejada, poco a poco la luz del ocaso se iba volviendo cada vez más roja, ya casi no se veían los árboles de la colina cercana a su casa, pronto llegaría el invierno y él, a sus 95 años, cada vez se sentía más frío y cansado.
Cuando miraba hacia la ventana de su cuarto, sobre todo cuando languidecía la tarde, en realidad no miraba el paisaje mil veces visto, en realidad miraba hacia dentro de sí mismo, hacia sus recuerdos, hacia su vida pasada en la que ya pocos recuerdos lúcidos le permitían sentir que la había vivido.
Ya hacía un par de años que le habían diagnosticado alzheimer y aunque era consciente en parte de lo que le pasaba, no le daba importancia, y cada vez menos, sabía que tenía gente a su alrededor que le cuidaba, pero no podía recordar ya los nombres, a veces ni siquiera las caras. Lo que si recordaba era su juventud, sus aventuras en la niñez, las penas que pasó en la guerra, en su lucha por sobrevivir en la gran crísis de los años 20 de este siglo. Recordó a su mujer con 20 años, tan guapa, tan joven y tan alegre, recordó a sus hijos, los que tanto le costó poder engendrar, mezclaba los recuerdos de la juventud con los de la madurez y se dio cuenta que ya se iban diluyendo en su mente, como lágrimas en la lluvia, pensó que era mejor dejar correr aquellas imágenes y disfrutar del momento, porque seguramente ya nunca más las vería, entonces recordó aquella vez que su padre le regaló por navidad un camión con luces, con claxon, con mando que corría sin cables y a pilas y sintió la emoción de ese momento, y los vió, jóvenes, alegres y despreocupados, y así quería recordarlos allá donde fuera en su último instante de vida.
Se dio cuenta que ya nada importaba, que todo había pasado y que ya el futuro no era posible para él, había acabado su misión, se sentía obsoleto e innecesario a la vez que la enfermedad le borraba lo que le hacía ser persona, entonces se dejó llevar, y poco a poco, recostado en su cama, rógandole a lo poco que recordaba de un Dios nunca visto pero si creído, que le llevara  con Él, o por lo menos a su Reino.
Su corazón se paró en el instante en que recordaba la carita de su hija y de su hijo cuando salieron del vientre de su madre, y una sonrisa se le dibujó en el rostro, se quedó con los ojos abiertos y entonces un último suspiro con un "adiós" inaudible llenó la sala donde yacía. Murió a las 11:26 de la noche.

De repente se sintió ligero, se sintió como una pluma, tiraban de él a toda velocidad hacia una luz que lepareció infinita por un tunel que no era tal pero así lo parecía y en su cabeza solo oía una voz, le decía : ¡Atraviesa la luz!, ¡Atraviesa la luz! y él, aunque no sabía de donde procedía esa voz, sintió que debía obedecir y lo hizo, de repente, todo se cegó, se oscureció y oía un Pum, Pum, Pum, muy rápido, se sentía cálido y húmedo, veía la luz, sentía que tenía que ir hacia ella y algo caliente oprimía su cuerpo, no veía nada, solo sentía que le empujaban, quería ir hacia esa luz pero le costaba mucho tiempo llegar, por fín, atravesó la luz por un túnel que le pareció muy estrecho en donde apenas cabía, entonces salió del tunel y sintió todo el frío del mundo, una potente luz cegándole en la cara, muchas voces y de repente ¡plas!, el dolor, entonces su llanto resonó por toda la habitación donde había salido a la luz, abrió los ojos y vio la cara de su madre, y sintió que la acercaban a ella, que lo comía a besos, y antes de que se le olvidara todo de nuevo sintió que había regresado, estaba en casa otra vez.