domingo, 22 de septiembre de 2013

LA PLAGA


Cuando me dan este tipo de noticias, se me encoje el estómago en un nudo del que me es muy difícil deshacerme durante bastantes días, mi cabeza empieza a recordar y a dar vueltas en bucle sobre el contenido de la misma, y siento un profundo dolor y preocupación a la vez que impotencia porque poco es lo que puedo hacer por las personas a las que se refieren estas noticias.
El otro día me enteré que a una compañera de trabajo le habían detectado un cáncer de mama en estado avanzado, todos en mi empresa saben que yo también soy un afectado por esta enfermedad y que pertenezco a una Asociación que lucha contra ella, por lo menos procurando apoyo psicológico, y me dijeron que hablara con el marido de esta compañera para tranquilizarlo y para guiarlo un poco.
Mi experiencia como enfermo me ayuda mucho a entender las emociones por las que pasan todas las personas cuando le diagnostican esta enfermedad, el tremendo shock que reciben en los primeros momentos las bloquea y las hace ser poco receptivas a los consejos y a las charlas que les puedas dar para guiarlas en los primeros momentos. El caso es que hablé con él y me di cuenta de lo perdidos que estamos todos ante esta clase de palos que nos da la vida. Solo espero poder ayudarle lo máximo posible en este duro trance.
Da la casualidad de que estoy preparando una charla que daré próximamente sobre las formas de afrontar esta enfermedad, y cuando me encuentro a una persona para aconsejarla, me vienen a la mente todos los recuerdos de los malos momentos y de las experiencias tan duras que pasé, y por eso quiero aliviar el dolor, no quiero que la gente pase por lo que pasé yo, y ello me lleva a querer ayudar con todas mis fuerzas y aportar mi pequeño grano de arena para combatir a esta plaga que nos está segando a todos poco a poco. Ya no hay familia que no tenga a alguien afectado y la Organización Mundial de la Salud dice que uno de cada tres sufrirá algún cáncer en su vida, es para acojonarse de verdad. Y yo me pregunto: ¿Por qué no se hace nada, por qué dejan las autoridades Sanitarias que todo esto esté pasando, por qué no cambiamos este sistema deshumanizado y contaminado que va a llevar a la mayoría de la humanidad al sufrimiento y a la muerte? 
Quizás eso es lo que quieren y por eso lo están fomentando desde lo más alto del poder , o todo es una trampa o una gran equivocación de la sociedad, por la contaminación y manipulación de los alimentos, pero el caso es que lo estamos pagando todos con mucho dolor y muchas lágrimas. 
Seguiré luchando para cambiar todo esto y espero que otros se unan a mi lucha, a lo mejor podemos hacer algo para aliviar al afligido, para combatir a LA PLAGA, que es la consecuencia de todos nuestros errores, sobre todo de los que nos dirigen...

2 comentarios:

Mónica dijo...

El problema quizá no es tanto la enfermedad en sí, sino que en esta sociedad hablar de la muerte es tabú y no nos enseñan a morir. Por tanto, por muy valiente que creas que seas, cuando se acerca el momento te das cuenta de que no estás preparado, de que no sabes cómo deshacerte del apego que te une a las cosas materiales y a los seres que vas a dejar, no eres consciente de que en realidad la muerte no es el final, sino un punto y aparte transitorio que solo nos separa momentáneamente de aquello que queremos.
Estás haciendo una labor muy importante, Juanma. Supongo que conoces el trabajo de la Dra. Elisabeth Kübler-Ross. Si no es así, te lo recomiendo a ti y a todos los lectores de este blog. Todos vamos a morir. Y es algo perfectamente natural que no tiene por qué ser traumático. No debemos tener miedo.

Juan Manuel Mas dijo...

Yo por mi parte no le tengo miedo a la muerte, sé que un día u otro me tendré que enfrentar con ella, pero a lo que si le tengo pavor es al sufrimiento tanto físico como psíquico, pues la enfermedad, y en concreto el cáncer es una de las peores, por el sufrimiento lento y progresivo al que somete a la persona, lo sé por experiencia y por eso quiero ayudar a quien pueda a pasar por ese trance lo mejor posible. La sociedad niega a la muerte y a los moribundos, y la oculta, así como oculta la enfermedad y la maquilla para que no llame tanto la atención, pero ahí está, por desgracia, y cada vez con más virulencia... Un abrazo y gracias por tu comentario.