sábado, 5 de julio de 2014

LOS MOMENTOS QUE DEJAMOS PASAR




Llevo unas semanas con una idea en mi cabeza para escribir en el blog, es algo relacionado con lo que yo denomino "La Vida no Vivida", o lo que es lo mismo, la cantidad de oportunidades que dejamos pasar a lo largo de los años para "completar" nuestra vida, para enriquecer nuestros recuerdos y para compartir esos momentos de alegría y de felicidad que pudieron haber sido y que dejamos pasar ante nuestros ojos, a veces conscientemente y otras sin darnos cuenta, y todo por nuestra propia dejadez y por nuestros recelos con amigos o parientes, o por simple pereza.

¿Cuantas reuniones con amigos hemos aplazado por esperar a qué el otro nos llamara y por orgullo no llamamos nosotros?, ¿cuantas risas y momentos buenos dejamos pasar por hacer que pase el tiempo sin quedar con nadie, por dar por supuesto que nadie quiere quedar con nosotros?. ¿Cuantas reuniones con nuestros hermanos o primos dejamos en el aire por no querer coincidir nunca, por la dejadez y la pereza que nos invade al dar por supuesto que siempre van a estar ahí?.
Luego pasa el tiempo y la gente cambia su forma de vida, o se van al extranjero, se casan, tienen familia, se mudan a otras ciudades, o simplemente mueren, y ya no es posible volver a tener el mismo contacto que antes, y vemos que podríamos haber disfrutado junto a ellos de muchos más momentos felices y nos da rabia ver que a pasado el tiempo y hemos enfriado las relaciones y nos centramos solamente en nuestra familia más próxima y perdemos el contacto con gente que ha formado parte de nuestra vida, y que podríamos haber conocido mejor y haber compartido mucho más con ellos.
Hoy en día con las redes sociales e Internet la gente está más en contacto, pero de lo que yo hablo no es de esa clase de "contacto", hablo del real, del tomarse un café charlando en un bar, de hacer una barbacoa, de jugar a las cartas o al Trivial, o de simplemente charlar a altas horas de la noche con un amigo, eso es el verdadero contacto, y el que dejamos perder más fácilmente por los avatares de la vida y la inercia de la misma.
La Vida no Vivida es posible que pudiera ser intensa, vibrante, hermosa, casi diría yo perfecta. En nuestro interior, por lo menos en mi caso, he vivido miles de reuniones con amigos, con conocidos, con familiares, reuniones que imaginaba bonitas, de ensueño, divertidas, emocionantes, que nunca han sido, pero que me hubiera gustado vivir.
Compartir los momentos de nuestra vida con nuestros semejantes es una asignatura que no tenemos aprobada, y cada vez somos más reacios a reunirnos alrededor de una mesa o un café para simplemente charlar y compartir nuestras vivencias y nuestros sentimientos.
Un ejemplo muy claro de la falta de contacto entre nosotros lo tenemos en el día a día con los teléfonos móviles, todo el mundo va hoy en día con la cabeza agachada mirando su smartphone, y no mira a su alrededor, no ve a sus semejantes, solo se centran en la pantallita del aparato y lo demás es secundario. Se reúnen los chavales para tomar algo y cada uno está con su smartphone charlando en el Wassap con otras personas pero que pueden estar a miles de kilómetros, y no dirigir palabra al compañero de al lado.
Esto es un caso tremendo de alienación en el que la gente se cree conectada pero se encuentra más sola que nunca.
De esta forma no se puede compartir la vida, no hay una comunicación real y la emoción del "contacto" no se vive, solo en sucedáneos electrónicos que no alimentan el Alma.
Confieso que yo uso el smartphone e Internet, pero intento tener el máximo posible de contacto humano, tanto en el trabajo, como en la calle o en la familia, pero cada vez es más difícil.
Creo que debemos volver a tener ganas de contacto humano, físico, sin mediación de aparatejos electrónicos, debemos volver a tomar café con los amigos, a quedar para jugar, para charlar, para...VIVIR, porque la vida es compartir el tiempo con nuestros semejantes, y una vida solo se enriquece cuando la vivimos con otros, y cuando se la contamos a los demás de viva voz, de persona a persona.
Con esto quiero decir que hay que quitarle tiempo a "La Vida no Vivida" y dárselo a la verdadera Vida, volver a los viejos valores de la amistad y camaradería entre nuestros iguales.  
¡Compartamos nuestra vida, en ello está la auténtica felicidad!, es difícil, pero no imposible...

Al llegar al momento final
sólo nos lamentaremos
de lo que no hemos
hecho

Alejandro Jodorowsky